CRÍTICAS EN CASTELLANO



BRUJERÍAS” de “Teresetes Migjorn”. CRÍTICA de TONI RUMBAU.



Fue una delicia ver en el Patio de la Misericordia de Palma el estreno de este nuevo espectáculo del “tereseter” Toni Masegosa Monserrat, uno de los veteranos titiriteros de la isla a quien podríamos considerar como el más genuino representante de una manera popular de hacer los títeres clásicos de toda la vida. Esto se dice fácil, pero para llegar hasta aquí hacen falta muchos años de oficio y una resistencia a prueba de balas para sostenerse en el tiempo con la ingenuidad, el temple y la mente abierta de quien se deja maravillar por el mundo para poder luego maravillar con sus apuestas o sus “brujerías” a los espectadores.

Porque las “teresetes” de Masegosa nos hablan de esto: de una espontaneidad honesta y a la vez inteligente en la mirada y el hacer de los títeres, sin miedo a tocar los temas clásicos porque estos son tratados con la ingenuidad que tanto gusta y conecta con el público popular. El “feed-back” que constituye siempre cualquier espectáculo de títeres transcurre aquí con una fluidez espectacular, identificados los niños con los personajes y sus bromas y meteduras de pata, personajes que viven en las nubes, puesto que ésta es su obligación.



Para conseguir estos efectos, el titiritero Masegosa Monserrat ha recorrido un largo camino de aprendizaje del oficio, el indispensable que permite depurar el lenguaje y quedarte con lo esencial, sin buscar veleidades virtuosísticas ni complicarse la vida con argumentos rebuscados. En este caso, el centro de atención es el personaje del Brujo Honorato que presenta su espectáculo de números de magia al público. Trucos que le salen todos del revés, puesto que del sombrero no sale el conejo esperado pero sí dos fantasmas: uno de color blanco que de repente se convierte en negro. ¿Cómo lo ha el titiritero, si sólo tiene dos manos? Estos cambios tan rápidos del blanco al negro y del negro al blanco parecen imposibles… Claro que finalmente saldrá el conejo, “Mr. Rabbit”, que dejará descansar un poco a Honorato para poder presentar sus propios números…



Y lo más delicioso es el desenlace del espectáculo, con la aparición de una bruja. Uno se imagina que hemos llegado al clásico número del brujo bueno y la bruja mala, pero en realidad el que veremos es el enamoramiento de los dos, y la disputa entre los dos magos acaba en una bonita historia de amor. Aquella ingenuidad y frescura de que hablábamos al principio se mantiene y se eleva al final situando el espectador en un registro de gracia, de estar volando por las nubes, sin en ningún momento haber dejado de reírse de las burradas que dicen los personajes, sus follones, los juegos de palabra y los maravillosos equívocos.



Una lección de teresetes nos dio Toni Masegosa Monserrat, con la humildad ejemplar de quien simplemente quiere ser un titiritero sin otras pretensiones que divertir y maravillar al público. Un espectáculo que el tereseter de Llucmajor hizo acompañado de la artista italiana Serena Cercignano en los efectos sonoros. Al acabar, los dos cantaron “El Lobito Bueno” de J. A. Goytisolo y Paco Ibáñez, siguiendo esta tradición popular de juntar títeres y música.

¡Admirable al cien por cien!”



TONI RUMBAU I SERRA /Revista “Putxinel·li”, 22/5/2019

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